Las sustancias de alta temperatura comunican energía calórica a todas las sustancias inmediatas o cercanas que se encuentran a menor temperatura. Las variaciones de temperatura producen en los cuerpos fenómenos diversos, como la expansión y contracción, la variación de la resistencia eléctrica, etc., en los que se basan los instrumentos diseñados para su medición (termómetros).
Hay cuatro escalas de temperatura: Celsius o Centígrado, en las que 0° se pretende coincidir con el punto de fusión del hielo y 100° con el punto de ebullición del agua a presión atmosférica normal; cada una de las cien divisiones entre ambos puntos constituye un grado centígrado (C).
La escala Fahrenheit, donde los puntos de fusión y ebullición del hielo del agua se encuentran a 32 y 212 grados, respectivamente, y cada una de las 180 divisiones entre ambos puntos constituye un grado Fahrenheit (F). Esta escala sólo se utiliza en los países de habla inglesa.
La escala de Réaumur, en la que estos puntos se encuentran en los grados 0 y 80, ya no se utiliza.
Y finalmente, la escala absoluta, Kelvin o termodinámica, donde la división de 0 grados corresponde al cero absoluto o la temperatura mínima físicamente posible, y los puntos de fusión del hielo y el agua hirviendo donde se encuentran respectivamente 273 y 373 grados.
Esto combinado con la temperatura centesimal y absoluta se obtiene añadiendo 273 ° algebraicamente a la temperatura medida en grados centígrados.