Las sectas siempre han despertado la curiosidad de muchos. Por definición, se entiende que una secta es una organización, habitualmente religiosa, que se separa de las costumbres y las normas aceptadas. Además, suele mantener sus actividades en hermetismo e imponen filtros para aceptar integrantes.
Muchas sectas han tenido el matiz de “sociedades secretas”. No obstante, las sociedades secretas pueden ser otra índole: políticas, empresariales, militares, y más.
Por otro lado, en las sectas, hay una creencia que suele ser teológica, pero también puede estar impregnada de otra índole; como, por ejemplo, en lo científico.
En ciertas ocasiones, las sectas cultivan conocimientos científicos propios, y desarrollan ideas científicas descartadas en universidades y espacios académicos consagrados. Además, sus integrantes se animan a experimentar hipótesis erradicadas del saber aceptado por la sociedad.
¿Puede una secta basarse en la ciencia? Conoce más detalles al respecto
Las características de una secta
Antes de avanzar sobre el posible nexo entre “sectas y ciencia”, es necesario explicar el concepto de secta.
Lo primero a señalar, es que se trata de una expresión colectiva, con un orden, jerarquías e integrantes que guardan solidaridad entre sí. Otras de las características de una secta son:
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Proselitismo: deseo de convencer a otras personas. La misión de las sectas es cultivar ideas, costumbres o conocimientos que deben ser transmitidos. Pero, no todas las personas merecen formar parte de la secta.
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Integración voluntaria de sus integrantes: quienes integran una secta, lo hacen por voluntad propia. En dado caso, son personas que se dejan convencer o sienten fascinación por los temas de la secta.
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Grados jerárquicos y roles: son agrupaciones ordenadas. Sus cabecillas (grandes maestros o jefes) marcan las directrices de la comunidad sectaria. A su vez, hay diversos escalafones y rangos.
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Fundadores: es frecuente reconocer a los “fundadores o fundador”. Las personas que crean la agrupación son tenidas en cuenta como excepcionales.
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Inconformidad con lo establecido: las sectas tienen como rasgo una discordia con algún paradigma, estamento social, legal o creencias. Esta desavenencia se expresa aglutinando personas que comparten esa misma desaprobación.
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Proceso de conversión: quien se enrola en una secta pasa por filtros y pruebas. Se trata de una suma de protocolos, enseñanzas y exámenes que el aspirante debe experimentar. Al final de ese proceso, el candidato se “convierte” en parte de la secta.
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Aislamiento de sus integrantes: las sectas exigen que sus integrantes se separen de la sociedad circundante. Sus integrantes se separan de sus familias y entorno. Esta es una diferencia con las sociedades secretas, que no tienden a este aislamiento.
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Hermetismo: toda secta resguarda secretos y cosas que solo deben saber sus participantes. Revelar estos enigmas fuera del círculo sectario implica reprimendas y castigos.
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Rituales: las sectas practican muchos ritos. Los más comunes son los de iniciaciones, usados para captar y convertir a nuevos prosélitos. También, hay rituales entre sus integrantes: por ejemplo, aquellos relacionados con el ascenso jerárquico de sus miembros.
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Compromiso: se exige total obligación y por ello los prosélitos deben lealtad al grupo. De hecho, quienes abandonan la hermandad sectaria son tildados de traidores.
Queda claro que las sectas son congregaciones con rasgos muy peculiares y el trasfondo religioso siempre está presente. Sin embargo, en ocasiones estas cofradías ejercitan conocimientos con un matiz científico. Cuando esto sucede, hay una comunión inesperada entre religión y ciencias.
La posible relación entre sectas y ciencia
Queda claro que una secta siempre en un trasunto religioso. No obstante, quienes cultivan la ciencia, pueden considerar que sus conocimientos tienen cierto talante teológico. Por ejemplo, muchos defensores de la teoría del Big Bang consideran este evento con una creación divina.
En dado caso, los creyentes en ideas científicas siempre han tendido agruparse, sobre todo cuando la sociedad en que se encuentran rechaza o menosprecia sus conocimientos. Entonces, se agrupan en derredor de un “maestro” que los ayude a organizarse y cultivar sus ideas.
De lo antes dicho, se deduce que la ciencia puede servir de aglutinante para un clan. También, que hay gente que puede tener una convicción ciega en la ciencia.
A su vez, que todos los creyentes en lo ciencia, tienden al proselitismo: desean convencer a otras personas de la vedad científica.
Algunos ejemplos de sectas con un componente científico
¿Han existo sectas científicas? Hasta ahora, no parece existir un caso donde la ciencia sea el eje absoluto en grupo sectario.
Sin embargo, han existido agrupaciones catalogables de sectas que han desarrollado técnicas y conocimientos. Veamos algunos ejemplos a continuación:
Los constructores de catedrales en la Edad Media
Durante el medioevo, quienes levantaban las grandes catedrales eran gremios muy cerrados. Por lo general, eran integrados por generaciones de constructores. Para alguien, que no se considerara descendiente de constructores fuese aceptado, debía pasar por un proceso de “conversión”.
Estas personas se aislaban de la sociedad y no querían que nadie conociese sus técnicas constructivas los cálculos estructurales que hacían. Muchos de sus integrantes tenían prohibido aprender a leer y escribir, para evitar que transmitieran fuera del grupo estos conocimientos.
Se dice que estos constructores desarrollaron unas “matemáticas divinas”, con las cuales calculaban los arcos ojivales y los contrafuertes de las catedrales. Aparentemente, esas matemáticas fueron el inicio del cálculo diferencial, que siglos después sería redescubierto por Isaac Newton.
Sectas de alquimistas medievales
Durante el medioevo, hubo gran cantidad de sectas y por ello muchos grupos tuvieron que esconderse de la inquisición, ya que sus ideas contradecían la fe católica. Se trataba de hechiceros, nigromantes y muchos practicantes de la alquimia que optaron por agruparse.
Algunas de estas agrupaciones se aislaron en Los Alpes y otras en apartadas geografías nórdicas y lograron establecerse en sitios donde practicaban sus experimentos de alquimia. Al hacer esto, lograron perfeccionar técnicas que hoy en día llamaríamos de laboratorio.
Las sectas ocultistas del siglo XIX
Otro siglo rebosado de sectas es el decimonónico. El auge del positivismo hizo que el método científico se expandiese a las áreas del ocultismo y el espiritismo, y muchos eventos paranormales deseaban explicarse por medio del método científico.
En Francia e Inglaterra aparecieron grupos con las características de sectas. Sin embargo, hicieron interesantes exploraciones en lo científico. Por ejemplo, en la búsqueda del sitio donde se aloja el “alma” realizaron indagaciones anatómicas en cadáveres que robaban de cementerios.
Igualmente, varias de estas hermandades se esmeraron en “fotografiar fantasmas”. La obsesión por captar la imagen de estas entidades, conllevó la invención de mejoras en equipos fotográficos. También, en el estudio de la luz, todo estos bajo el deseo de “conocer el más allá”.
Sectas en las selvas
Son casos interesantes, pues se trata de sectas que deciden aislarse de modo extremo. Suelen ser fundadas por norteamericanos o europeos, quienes convencen a personas para fundar una “comunidad en una selva remota”. Se han presentado varios de estos casos en la Amazonia.
Las creencias de estas congregaciones otorgan un matiz religioso a la naturaleza: argumentan que el homo sapiens está contaminando, destruyendo y agotando el planeta. Entonces, plantean que los seres humanos deben reencontrase con la naturaleza de un modo directo y primitivo.
Lo curioso de estos grupos es que pueden exhibir un perfil científico: conocer a la naturaleza implica estudiarla. Muchas veces, los integrantes de estas hermandades selváticas estudian la botánica, la zoología, la hidrología y hacen un trabajo de comprensión científica de los ecosistemas.
Las sectas Geek
Nos toca hablar de un fenómeno un tanto reciente. De hecho, se trata de cofradías de personas que se separan de la sociedad por un interés en el conocimiento. Este tipo de sectas han aparecido en territorio de EEUU, siendo sus integrantes muchos jóvenes y adolescentes.
Para nadie es un secreto que durante la época escolar existe el bullyng. Los jóvenes más introvertidos, con predilección por la ciencia y el estudio, son acosados por sus compañeros: se les llama “nerds” y no son bienvenidos en actividades sociales.
Estos jóvenes, al sentirse rechazados, optan por agruparse. Ha ocurrido que escapan de sus hogares y forman congregaciones independientes, aislados de su entorno: se dedican al estudio y cultivar conocimientos o cuestiones de tipo científica, y son admiradores Bill Gates o Einstein, por ejemplo.
Algo que llama la atención, es que convierte la ciencia en una suerte de creencia religiosa. Tal es el caso de quienes creen que Internet es una presencia divina, omnipresente como el Dios bíblico. En estas sectas, hay un gusto por: lo tecnológico, la robótica, así como en innovar científicamente.
Consideraciones finales: ¿una secta puede basarse en la ciencia?
Para que una secta asuma como hilo conductor la ciencia, sus integrantes deben tener una actitud religiosa hacia ella. Es decir, una fe irrestricta en que lo científico es una verdad absoluta e incuestionable, siendo entonces algo análogo a los dogmas religiosos.
También, puede suceder que los integrantes de la secta utilizan métodos o herramientas científicas en sus actividades. De ese modo, la cuestión de la ciencia se indica en sus rituales y entonces terminan especulando y aportando nuevas ideas que pueden ser interesantes.
Hay quienes consideran que la ciencia es un tipo de religión. Así lo expresan quienes dicen que Einstein y Newton, consideraban que unas fórmulas matemáticas en una nueva presión de Dios. Por lo tanto, la ciencia puede ser vista desde los ojos de la teología.