Reseña del libro: Hágase la luz: la historia de la luz, desde los átomos hasta las galaxias (2.ª edición)

Esta segunda edición de “Hágase la luz: la historia de la luz desde los átomos hasta las galaxias” es, como la primera edición, un libro delicioso. La luz, o más generalmente la radiación electromagnética, es el vehículo que utilizan los autores para atravesar el amplio tema de la física, y lo hacen de una manera humorística, amable pero seria. Aunque muchos de los temas han sido revisados, y el último capítulo actualizado para tener en cuenta la aparición del bosón de Higgs, el libro no ha perdido nada del atractivo de la primera edición. Si bien la presentación es de un nivel adecuado para estudiantes de tercer nivel, hay mucho en el libro que puede abrir el apetito de los brillantes estudiantes de último año que se dedican a su primer estudio serio del tema. Además, los profesores de física de segundo y tercer nivel encontrarán ideas y anécdotas en abundancia para darle sabor al proceso de enseñanza.

El libro tiene un flujo narrativo agradable y ligero, con excelentes ilustraciones, fotos y ocasionales “interludios históricos” bien elegidos. No obstante, los temas son tratados con bastante rigor. En la segunda edición, la mayoría de las derivaciones matemáticas, que aparecían como apéndices de los capítulos de la primera edición, han sido reemplazadas por descripciones verbales, y las declaraciones matemáticas clave se presentan en “pizarras”, todo para que el libro sea más accesible para el público. lector general. A riesgo de ser considerado decididamente anticuado, admito que lamento la eliminación de los apéndices matemáticos. La física está bien atendida por las matemáticas, y el estudiante serio aprende a apreciar la precisión y la claridad que el análisis matemático puede aportar a un tema.

El libro intenta, con bastante éxito, mostrar una conectividad subyacente entre los temas aparentemente dispares a los que se enfrenta el estudiante que se embarca en un estudio de física. También ubica los temas en un contexto histórico, enfatizando los muchos esfuerzos humanos que han contribuido a nuestra notable comprensión moderna del mundo físico. Dar el debido respeto a los esfuerzos humanos que han conducido a grandes descubrimientos, sin estorbar innecesariamente al estudiante, es un asunto delicado.

Por ejemplo, no podemos esperar que un joven estudiante siga el tortuoso viaje de Planck hasta su descubrimiento de la cuantización de la energía del oscilador armónico lineal atómico (como se describe tan bien en el libro reciente de Malcolm Longair “Conceptos cuánticos en física”). Con el beneficio de la retrospectiva, se puede simplificar la historia a una mucho más amena para el estudiante, pero se corre el peligro de que una frase como “El descubrimiento de los cuantos de luz de Planck” (como se cita en el Prefacio) encuentre su camino en el narrativo. La historia se cuenta correctamente en las páginas 18 y 19, y se hace el debido reconocimiento a Einstein, quien en 1905 extendió la idea de cuantización de Planck a la luz misma.

Para el verdadero físico, hay una belleza maravillosa en la física. Este libro simpatiza mucho con este punto de vista, y termina citando a Abdus Salaam sobre la fe de todos los físicos: “cuanto más profundo buscamos, más se excita nuestra maravilla”. Este puede ser el libro que le permita al estudiante con dificultades vislumbrar la belleza que hace que el estudio serio de la física valga la pena.

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