La saga de ciencia ficción mucho más famosa de la tele por el momento no sirve solo para divertir. A Rick Webb, inversor y escritor neoyorquino, revisitar capítulos y películas de Star Trek le hizo meditar asimismo en términos económicos. ¿De qué forma sería vivir en un planeta sin dinero, sin escasez y dónde la gente tengan la posibilidad de escoger si trabajan o no? Todo comenzó entre 2012 y 2013, en el momento en que la novia de Webb le confesó que no había visto ningún episodio de la mítica Star Trek. Al economista debió semejarle un delito pues, poco tiempo después, la pareja se halló en el sofá, en frente de la televisión, siguiendo las aventuras del capitán Kirk. Webb creyó que podría explotar esa segunda toma de contacto para fijarse en otros datos. Al comienzo, se le ocurrió fotografiar las situaciones para subirlas a un blog. La labor resultaba muy aburrida, conque acabó pensando en el modelo económico que podría imperar en la Federación. Ahora lo ha dicho el joven oficial Tom Paris en la serie de los años noventa: en el siglo XXII, el capitalismo no existe. Otro modelo económico ha ocupado el puesto. La economía «proto postecascasidad». De esta forma lo ha bautizado Webb. Una suerte de socialismo europeo adelantado en el que absolutamente nadie debe trabajar –a menos que de este modo lo desee-, y donde no existe el dinero por el hecho de que no es requisito. Si bien de primeras suena utópica, la economía de la serie de ciencia ficción no pinta tan mal. Es requisito imaginarse un planeta donde el gobierno entrega a cada ciudadano lo preciso para vivir bien. No hay escasez de elementos por el hecho de que la tecnología está suficientemente avanzada para realizar copias de todo – exactamente, la función que tienen los replicadores -, y por consiguiente, los ciudadanos no precisan ganarse el pan con el sudor de su frente. Hay que descuidarse del dinero por el hecho de que, si bien existe, el ciudadano escoge si poseerlo o no. Exactamente la misma el día de hoy alguno puede tener bitcoinas. El gobierno no transporta la contabilidad nacional con monedas y billetes, sino más bien por medio de la energía que cada ciudadano consume. Si trabaja, reciba mucho más energía. Asimismo se respeta la independencia individual tal como la propiedad privada. Como ejemplos de esto, el bar de Quark o el lugar de comidas del padre de Benjamin Sisko, capitán en Star Trek: Espacio Profundo 9. La economía de Star Trek es previo a la poca escasez por el hecho de que todavía hay apetito en el mundo. No obstante, Webb lo deja bien claro: «la Federación no posee unidad de moneda, no posee dinero y la sociedad se preocupa por los recursos sociales y la optimización personal». Un modelo que a varios estadounidenses (y liberales de todo el planeta) podría resultarles atrayente, en tanto que la economía estelar sostiene la independencia y las eficiencias del mercado que entrega el capitalismo, sin precisar una planificación con una central. «Asimismo tiene el beneficio de repartir el sobrante de eficacia de manera mucho más equitativa. una visión ilusionado de la sociedad, que exhibe un sendero por los temas que el día de hoy preocupan a la multitud». Webb no fué el único que intentó encasillar el sistema económico de la conocida saga. Entre los fanes eruditos de Star Trek, se dijo que los individuos podrían desplazarse cerca de una economía participativa, aquella donde la sociedad consensúa la proporción de recursos y servicios que se generan y las jerarquías quedan eliminadas. Asimismo se mencionó, claro, de comunismo, exactamente pues el dinero no se usa y todo el planeta diviértete con lo preciso para vivir. Además de esto, la economía está con una central: la Federación es dueña de los medios de producción y se hace cargo de determinar de qué forma se generan los recursos y servicios que precisan los diferentes integrantes de la sociedad. Opciones todas y cada una que Webb repudia. En Star Trek, almirantes, comandantes, oficiales y capitanes revelan que sí hay jerarquías, y la propiedad privada asimismo tiene un ubicación en la sociedad del señor Spock. De bolcheviques exclusivas, nada. Webb tiene un sueño: «Me encantaría que uno o 2 de los argumentistas de Star Trek, en especial los de Espai Profund 9, los tuviesen presente». Fue en esta serie donde se vivieron los instantes mucho más económicos de la saga, dado a que la estación espacial se encontraba cerca de un mundo que parecía mucho más capitalista que nuestra Tierra. Una teoría económica que podría ser el menos imaginario de una serie que, por otro lado, es pura ciencia ficción. ——————————— Las imágenes de este producto son propiedad, por orden de aparición, de Collider, Photobucket, Animation Dynamics, Rob Speed, y Static Guim.
por Nicolás Román
Imagen / Término de un transbordador espacial soviético, 1986, Soviet Military Power en Wikipedia. Fuente.