Gran mujer y científica con sinnúmero de reconocimientos en los que se destacan 2 Premios Nobel, gracias a sus notables investigaciones. A través de este artículo, te invitamos a conocer más sobre lo que descubrió Marie Curie.
Marie Curie
Nació en Varsovia, la capital de Polonia, a mediados del siglo XIX. Estudió ciencias en su ciudad natal en forma clandestina, debido a la segregación de géneros que existía para ese tiempo.
Luego de culminar sus estudios, siendo una mujer y científica ante el asombro de sus conciudadanos, decidió instalarse en París para extender su formación académica.
Acto seguido, fue el intento de conseguir un trabajo en la Sorbona, la famosa Universidad Francesa, pero no tuvo éxito. Sin embargo, allí tuvo la suerte de conocer a Pierre Curie un científico francés ya reputado en el París de aquellos años.
Él se convirtió en su más fiel seguidor y compañero tanto a nivel personal como científico. Marie Curie, gracias a su incesante sed de estudios en el campo de la física y la química, y con el apoyo de su esposo, desarrollaría varios descubrimientos memorables que cambiarían el mundo para siempre.
¿Qué descubrió Marie Curie?
Marie inventó un dispositivo que medía las corrientes eléctricas más débiles generadas por la ionización del aire cuando estaba en contacto con los rayos de uranio. Los bautizó con el nombre de Radiactividad.
La utilizó con mucha habilidad y se especializó en su uso, de modo que pudo medir la cantidad de radiactividad emitida en cada muestra. Luego comenzó a medir la radiactividad de todos los minerales que pudiera tener a la vista.
A medida que conoció y experimentó con diferentes minerales, se dio cuenta que todos los compuestos de uranio tenían radiactividad.
Este no influía en la temperatura ni en si era sólido o solo polvo, sino tan solo el hecho que tuviera uranio ya era radiactivo.
Conceptualmente, este descubrimiento fue uno de los más significativos en sus investigaciones, además de convertirse en su mayor legado para el desarrollo de la ciencia.
Modelo atómico
Los estudios sistemáticos que siguieron en curso de los diversos compuestos químicos, dieron el sorprendente resultado de que la intensidad de la radiación no depende del compuesto estudiado, esta solo dependía de la cantidad de uranio o torio.
Los compuestos químicos de un mismo elemento suelen tener propiedades químicas y físicas muy diferentes: un compuesto de uranio es un polvo oscuro, otro es un cristal amarillo transparente, pero lo decisivo para la radiación que emitieron fue solo la cantidad de uranio que contenían.
Esto la llevó a la conclusión de que la emisión de rayos por compuestos de uranio es una propiedad del propio metal, es decir, una propiedad atómica del elemento uranio.
Es decir, solo en presencia de átomos se puede generar radiactividad. Esta hipótesis refutó la hipótesis anterior que los átomos eran indivisibles.
Fue un gran e importante descubrimiento porque en ese momento se sabía poco o nada sobre los átomos, por lo que agregarle una propiedad o designar un nuevo modelo atómico fue muy significativo.
Polonio y radio
Marie Curie y su esposo Pierre, lograron aislar estos elementos en una cantidad sumamente alta, porque si no lo habían descubierto era porque estaba en muy poca cuantía en la pechblenda (variedad impura del uranio). Pero la tarea no fue fácil, porque había más de 30 elementos contenidos en este.
Ya para el año 1898, pudieron descubrir no uno, sino dos nuevos elementos muy poderosos: el polonio, nombre que dieron en honor a Polonia, patria de Marie, y el radio.
Seguidamente, ambos se tomaron un descanso, ya que por sus investigaciones Marie mostraba severos síntomas de mareo por la presencia de los rayos, resultado de una intensa exposición a la radiación.
Marie Curie y el radio
Una de las contribuciones de Marie Curie a la ciencia se produjo cuando regresaron ansiosos por encontrar el otro elemento, para lo cual tuvieron que agregar 900 veces la potencia radiactiva del uranio, por lo que necesitaban enormes muestras del elemento.
Es así, que para el 26 de diciembre de 1898, conocieron el radio, nombre derivado de la palabra rayo.
Este elemento contenía una radiactividad sumamente poderosa, a consecuencia de esto, tanto Marie como Pierre estaban enfermando. Por ello, como se dijo anteriormente, decidieron tomarse unas vacaciones a mediados de 1898, para descansar y disfrutar en familia un tiempo.
Ya para el año 1902 pudieron probar la existencia preparando un decigramo de radio puro y fijando su peso atómico.
Sus compañeros químicos aceptaron la existencia de este elemento milagroso, y dejaron de usarlo solo con el propósito de experimentar. Así nació la industria del radio, pues ya tenían conocimiento de lo que esta maravilla representaba para la humanidad. El radio, por ejemplo, podría ayudar con la batalla contra el cáncer.
Estos hallazgos fueron divulgados y publicados con el temor de que se repitiera lo ocurrido con el trabajo del torio, que le fue atribuido a Gerhard Carl Schmidt ante la Sociedad Alemana de Física.
Invento de Marie Curie
El mejor invento atribuido a Marie fue la primera máquina de rayos X portátil. Era un vehículo equipado con una máquina de rayos X y una sala de desarrollo con una instalación eléctrica que andaba con el motor de combustible del automóvil, además tenía la capacidad de producir la energía requerida para el uso de dichos equipos.
Este invento fue de extraordinaria ayuda durante la Primera Guerra Mundial, debido a que los soldados heridos en los enfrentamientos morían antes de llegar al hospital por falta de un diagnóstico de sus lesiones y traumas, lo que dificultaba la actuación rápida en caso de cirugías extremadamente urgentes.
Con la ayuda de la población, equiparon 20 coches llamados “Petit Curie” para ayudar a la gente. Su hija Irene la acompañó en esta ardua y ejemplar tarea de ayudar a las víctimas de la guerra.
Después de la guerra, Marie se quedó con uno de esos coches producto de sus inventos, usándolo no solo en Francia, sino también en Bélgica, Italia, países donde organizó cursos para que los soldados aprendieran sobre la radiactividad.
