por que las ciencias sociales son ciencias blandas

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Dirigido por Immanuel Wallerstein, este corto y enjundioso informe de la Comisión Gulbenkian tiene la virtud de arrancar directamente y valeroso el inconveniente de hoy de las sociología. Surgidas de una divisoria que las apartó de las ciencias duras y en especial de la admirada física, pero despreciadas por las viejas humanidades, las sociología no cedieron hasta la plena institucionalización académica. Esta comportó su parcelación según criterios sencillos de espacio, tiempo y objeto. Las resultantes parcelas fueron esmeradamente cavadas por sus orgullosos dueños y de esta forma, sociólogos, economistas, politólogos, historiadores, antropólogos y el resto de caterva generaron frutos únicos, con clara etiqueta de marca. ¿Qué ocurrió a la postre? Algo asombroso a eso que venimos asistiendo ya hace décadas. De hecho, resultó que los cavadores mucho más concienzudos, esos que mucho más se empleaban en la búsqueda de las raíces últimas de su entender, terminaron por socavar las parcelas de las que con tanto ahínco se habían deslindado y surgieron a las tierras del vecino. Brotaron de este modo trasgresores y también híbridos y, una vez surgidos, no dejaron de proliferar: economistas que sociologizan, politólogos que razonan a la forma de los economistas, antropólogos y sociólogos que se lanzan tras la historia, historiadores que desdeñan el tiempo instantáneo del acontecimiento , etcétera. Lejos de terminar, la hibridación ha acabado realizando incontenible y en este momento resulta que los nuevos científicos sociales prestan asimismo escuchados a las despreciadas humanidades y que aun se hace porosa y arbitraria –Prigogine dixit– la divisoria fundacional que apartaba ciencias duras y blandas . Ciertos festejan esta situación como confusión posmoderna. Otros lo execran como caída y claman por su reconducción. Wallerstein y ayudantes no ofrecen ni lo uno ni lo otro. Admiten que la situación de hoy es de una creciente hibridación o superación de las fronteras disciplinares, pero reconocen asimismo la necesidad de que las disciplinas, convirtiéndose, prosigan cumpliendo su papel, disciplinando y normalizando campos del comprender. Y reconociendo las dos cosas ofrecen una exclusiva concepción, mucho más verdadera de la ciencia y, paralelamente, una política científica que deje institucionalizar un diálogo fluido entre expertos de distinto origen curricular. La novedosa concepción de la ciencia debe reconciliarse con la práctica real de conocimiento: difuminación de la frontera entre humanidad y naturaleza; acento en lo complejo, temporal y también desequilibrado; administración de la tensión irremediable entre lo universal y lo especial, lo global y lo local; pelea por una objetividad inclusiva, dialogante y atenta a su historicidad. En el contexto de esta concepción debe realizarse otra política científica. El informe aun señala ciertas medidas muy específicas a adoptar. La iniciativa que las anima es la del científico abierto hacia otras disciplinas, asentado en múltiples disciplinares múltiples: un viajero con raíces pero sin la melancolia del paisaje seguro. La lectura de este capaz artículo desconcertará lo que queda de la tribu nacional de científicos parcelarios. Mucho más alerta a BOE, oposiciones y concretes de plaza que a los requerimientos de las ciencias que en teoría practican, se refugiarán en su retahíla sanchopanzesca de saberes: «cada uno de ellos a lo propio», «zapatero a tus zapatos», «vale mucho más pájaro a mano…», etcétera. De espaldas al planeta, proseguirán insistiendo en la clara acotación disciplinar de saberes y cosas, en la pelea por parcelas expertos exclusivas para sí mismos y sus pobres alumnos. En oposición a estas ofuscaciones, Wallerstein y ayudantes invitan a examinar y ofrecer palabra a eso que ocurre hoy en día en el campo de la ciencia ahora idear las medidas institucionales que lo sientan y hagan operativo. El destino de las sociología –o mucho más bien, el destino general de las ciencias, independientemente de su supuesta «dureza»– se juega, en tanto que entre la parcelación estéril y el popurrí sin tasa ni procedimiento se define el espacio en el que actualmente se edifica el saber. Dejémonos de cuentos viejos y atendamos a eso que pasa en el planeta de hoy de la ciencia. Aun Ortega lo sabía: ¡hay que estar en las cosas!

Ciencias duras

Lo interesante es que (y de ahí el porqué de “duras” vs. “blandas”), en la situacion de las ciencias “duras”, el reduccionismo trabaja proporcionalmente a lo contrario. La polaridad es tan clara que, todos nosotros, como personas que pasaron por la escuela y conocemos el pavor frente a las horas de matemáticas en la escuela, tenemos la posibilidad de estar en concordancia en que estas horas se sentían algo “mucho más pesadas” que todas las otras.

La insistencia de varios profesores en que “las matemáticas son enserio” lo único que logra es solidificar el estereotipo y el cliché. Todas y cada una de las materias habrían de ser “equitativamente” “enserio”, todas y cada una deberían tener exactamente el mismo nivel de responsabilidad, el que meritan.

Ejemplos de ciencias blandas

  1. Sociología. Estudia la composición y desempeño de las sociedades y cualquier fenómeno humano colectivo. Los humanos viven en conjuntos y se establecen relaciones concretas. La sociología estudia, clasifica y examina estas relaciones. Todo análisis se apoya en teorías y paradigmas concretos, que el sociólogo debe precisar en el instante de enseñar los desenlaces de sus indagaciones. Sus métodos de estudio tienen la posibilidad de ser cualitativos (estudios de caso, entrevistas, observación, investigación-acción), cuantitativos (ensayos al azar, cuestionarios, investigaciones y otras técnicas de muestreo) o comparativos (esos que equiparan fenómenos afines con la meta de sacar conclusiones en general ).
  2. Historia. Estudia el pasado de la raza humana. Es una ciencia interpretativa que establece relaciones entre diferentes hechos, actores y situaciones. Ya que tiene relación a hechos ahora sucedidos, no puede mantener las teorías en la experimentación. No obstante, su objetividad se apoya en las patentizas a las que recurre para justificar estas relaciones, tal como en la lógica de los argumentos.
  3. Antropología. Estudia al humano desde método tanto de las ciencias blandas (como la sociología y la psicología) como de las ciencias duras (como la biología). No obstante, por su escasa oportunidad de experimentación, se la considera una ciencia blanda. Estudia hábitos humanos básicos intentando encontrar las peculiaridades en común entre distintas etnias.
  4. Psicología. Estudia la conducta humana y procesos mentales tanto de individuos como de conjuntos humanos. Hay distintas orientaciones de la psicología que sugieren concepciones contradictorias sobre el desempeño de la cabeza humana. De ahí que, la investigación científica en psicología siempre y en todo momento debe explicitar las teorías y los capitales sobre los que fundamenta sus hipótesis y también interpretación de las visualizaciones.

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