El término ‘ágil’ se ha vuelto común en el desarrollo de software. Los desarrolladores solían construir sus horarios de programación en torno a un modelo grabado en piedra. Pero adoptan cada vez más un enfoque basado en conocimientos, dando forma al resultado a medida que avanzan. Con base en el conocimiento adquirido durante iteraciones cortas, ajustan o cambian de rumbo para alcanzar el mejor resultado posible.
Con el cambio del contenido educativo en curso, es clave adoptar el principio de agilidad también cuando se trata de contenido educativo. Echemos un vistazo más de cerca a lo que nos gusta llamar ‘agilidad de contenido’.
Adaptarse a las necesidades en constante cambio: se requiere flexibilidad
Los materiales de aprendizaje de talla única están desactualizados. El aprendizaje personalizado pone al estudiante a cargo de su propio camino de aprendizaje y el resultado educativo se convierte en un objetivo móvil. Esto requiere que el contenido sea personalizable: debe adaptarse a las necesidades cambiantes de cada estudiante. Lógicamente, se necesita un alto grado de flexibilidad para adaptarse a estas necesidades: debe ser fácil ajustar el uso y la reutilización del contenido en función de los requisitos actuales del estudiante.
Con eso en mente, también es fundamental ser flexible cuando se trata de procesos de desarrollo de contenido, gestión y modelos de distribución. He aquí por qué: si divide un libro tradicional en partes digitales que se pueden usar por separado, aún no está claro quién puede usar qué parte en qué momento. Todavía necesita vincular cada parte con el estudiante individual que necesita una pieza específica de material.
Hacia un proceso de agilidad de contenido: cómo abordar el etiquetado
¿Cómo afecta todo esto a los metadatos? En pocas palabras, etiquetar el contenido ya no es una tarea de una sola vez. Es un proceso continuo, iterativo y dinámico. A medida que se adapta a las necesidades del estudiante, continúa adaptando los materiales de aprendizaje. Eso significa que no puede etiquetar una pieza de contenido una vez y nunca volver a mirarla. El contenido cambia, al igual que las etiquetas.
Si asigna constantemente etiquetas temáticas y relevantes al contenido, ha configurado con éxito un proceso de agilidad de contenido. Dentro de este proceso, sin embargo, querrá considerar la automatización de metadatos, ya que etiquetar el contenido manualmente es un esfuerzo prohibitivamente costoso y propenso a errores.
Pero, ¿cómo afecta eso a las operaciones? ¿Y qué hay de las inversiones y el ROI? Abordaremos estas preguntas en nuestras próximas publicaciones de blog sobre la agilidad del contenido.