Las nuevas tecnologías han cobrado una gran importancia dentro del sistema educativo, muy especialmente a raíz de que la pandemia obligara a profesores y alumnos a adaptarse rápidamente al sistema de impartición de clases online. Más allá de esa necesidad puntual de recurrir a la tecnología, lo cierto es que esta ha llegado al mundo de la educación para quedarse, con nuevas tendencias como el flipped classroom o las pizarras digitales interactivas.
Gamificación en la enseñanza
Esta técnica de enseñanza y aprendizaje intenta explorar todo el potencial de los juegos. Se busca que los alumnos mejoren sus resultados aprendiendo casi sin ser conscientes de que están haciéndolo.
Su gran ventaja es que consigue implicar a todos los estudiantes, incluso a aquellos que son más reacios al aprendizaje o a los que les cuesta más.
Las nuevas generaciones han nacido en un mundo totalmente digitalizado y por eso se sienten inmediatamente atraídas por todo aquello que implique el uso de tecnología. Además, el sistema de recompensas e insignias propio de la gamificación actúa como estimulante para que los alumnos quieran seguir mejorando sus resultados.
Flipped classroom
El flipped classroom o modelo pedagógico de aula invertida supone dar un giro de 180º al sistema de enseñanza tradicional.
La idea es que los alumnos profundicen en el estudio de un tema fuera de clase, accediendo a los contenidos que los profesores ponen a su disposición, y que los deberes se hagan en el aula. Esto facilita la interacción y hace que las clases sean mucho más dinámicas, porque se pueden hacer debates, analizar ideas, resolver dudas, etc.
Su gran ventaja es que convierte al alumno en el verdadero protagonista de su educación, haciendo que deje de estar en una posición pasiva para pasar a una activa.
Pizarra digital
La pizarra interactiva consiste en la combinación de un ordenador y un proyector, lo que permite mostrar a los alumnos la información que hay en el dispositivo.
Es una de las formas más sencillas y útiles de llevar el contenido multimedia al aula. Gracias a la conexión a internet, el profesor dispone de muchas más herramientas para explicar las cosas a sus alumnos.
Puede buscar vídeos, diagramas, ejemplos, ejercicios prácticos, infografías… una amplia gama de contenido que permite llevar el aprendizaje mucho más allá de la información contenida en los libros de texto. Esto, además de dar lugar a una enseñanza de mayor calidad, también ayuda a los alumnos a ser conscientes de cómo puede ayudarles la tecnología en el desarrollo de sus habilidades y competencias.
El aula del siglo XXI debe ser también un lugar en el que se enseñe a los alumnos cómo hacer un uso correcto de la tecnología. Aunque las redes sociales e internet pueden llegar a ser muy útiles, también pueden causar problemas si no se saben manejar bien.
En este sentido, los profesores deben actuar como guía y dar pautas a sus alumnos sobre cómo hacer un uso eficiente y correcto de las nuevas tecnologías. Por ello, esta es una de las materias en las que más inciden los cursos para educación infantil de nueva generación. Porque los alumnos de hoy en día necesitan que sus maestros tengan competencias que hace unos años nadie se habría planteado.
La tecnología ha cambiado y va a seguir cambiando la forma de educar a los más jóvenes. Ahora más que nunca es importante que los profesores y quienes aspiran a llegar a serlo se mantengan al tanto en cuanto a competencias digitales y nuevas corrientes de enseñanza como el flipped classroom entre otras que ya están aquí o están por llegar.