La figura de Nikola Tesla, un tanto maltratada por la historia, ha sido reivindicada por diferentes movimientos científicos y culturales durante los últimos años.
En su época era visto como un genio, por algunos, y como un científico loco, por otros. A aquellos que se inclinaban por esto último no les faltaban motivos, entre sus proyectos fallidos se encontraban el rayo de la muerte (que nos puede sonar al arma secreta del villano en cualquier película de James Bond) y la máquina de terremotos, prototipo que, según la leyenda, destrozó con un martillo para evitar que cayera en malas manos (tal vez estaba pensando en algún villano de la vida real).
Los inventos de Nikola Tesla, su enfrentamiento con el poder establecido, su fe en su trabajo y sus ideas, así como su anhelo por ayudar a la humanidad en su conjunto, lo han convertido en una de las figuras fundamentales del siglo XX y un personaje icónico en la actualidad.
Quién fue Nikola Tesla
Nikola Tesla nació el 10 de julio de 1856 en Smiljan, ciudad que actualmente pertenece a Croacia pero en aquella época formaba parte del Imperio austríaco. Estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de Graz, donde comenzó sus estudios sobre los usos de la corriente alterna, y en la Universidad Carolina en Praga. En su época universitaria trabajaba, según lo que él mismo afirmaba, de 3 de la mañana a 11 de la noche, incluidos domingos y festivos. Un horario que no parece el más apropiado para mantener una mente sana.
En 1882 se trasladó a París para trabajar como ingeniero en la Continental Edison Company, sucursal europea de la compañía de Thomas Alva Edison. Desde la capital francesa viajó hasta Nueva York en 1884 con una carta de recomendación redactada por Charles Batchelor, responsable de la citada delegación europea, y dirigida a Edison que decía: “Conozco a dos grandes hombres, y usted es uno de ellos. El otro es el joven portador de esta carta”.
Después de leer la carta, Edison contrató inmediatamente a Tesla, lo que significó el comienzo de una de las relaciones más conflictivas en la historia de la ciencia.
La disputa entre los dos grandes genios se centraba en la forma de transmitir la corriente eléctrica. Edison era un gran defensor de la corriente continua, modelo en el que había invertido su fortuna, mientras que Tesla defendía a capa y espada el modelo basado en la corriente alterna.
Esta disparidad de criterios dio origen a un conflicto entre ambos que recibió el nombre de “la guerra de las corrientes“. Edison estaba tan decidido a defender su teoría, y su dinero, que organizó una gira por EE. UU. para demostrar la supuesta peligrosidad de la corriente alterna mediante una espectacular campaña de difamación. Para esto, organizó demostraciones públicas en las que electrocutaba diferentes animales, como perros, gatos, ¡hasta un elefante!, para desacreditar a su gran rival.
Otro afamado ingeniero de la época con el que Tesla mantuvo diferencias fue el inventor italiano Guillermo Marconi, que obtuvo el premio Nobel en 1909 por el descubrimiento de la radio. Tesla había patentado la idea en 1896, pero la oficina de patentes norteamericana rectificó, según algunos historiadores por la presión económica que ejerció Marconi, y concedió la patente al italiano. En 1943 la Corte Suprema de EE. UU. devolvió la patente a Tesla, reconociendo que el invento era suyo.
Tesla murió en 7 de enero de 1943 a los 86 años, solo y arruinado, en una habitación de un hotel de Nueva York.
Inventos de Nikola Tesla
Tesla es un personaje fundamental en la historia de la electricidad. Demostró que podía alimentar un motor por corriente alterna, algo que, hasta ese momento, se consideraba imposible. Gracias al descubrimiento del campo magnético rotativo, pudo crear generadores y transformadores de corriente alterna, que son la base de la transmisión eléctrica hoy en día.
Otros inventos de Nikola Tesla fueron la radio, el “Teleautomaton” (primer dispositivo de control remoto), el oscilador de Tesla, lámparas de descarga de gas (cuyo principio fue básico para la aparición de los letreros luminosos) y la bujía para encendido de motores de explosión, entre otros muchos.
Los inventos de Nikola Tesla, y sus reflexiones siguen sorprendiéndonos hoy en día. Aún queda por cristalizar el gran sueño de su vida: dotar a toda la humanidad de electricidad a través de un sistema mundial para la transmisión de energía eléctrica sin cables. Tesla dedicó a este sueño mucho tiempo y dinero, pero nunca pudo concretarlo de manera eficiente. Tal vez ya esté entre nosotros la persona capaz de demostrar que, una vez más, Tesla tenía razón.