La búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) es un campo científico que busca pruebas de vida inteligente más allá de la Tierra. Muchos países, entre ellos Estados Unidos, Rusia y China, han puesto en marcha programas SETI. Los científicos que apoyan esta investigación están convencidos de que, si escuchamos con suficiente atención, encontraremos señales de vida en otros lugares del universo. Señalan el enorme número de galaxias que contienen miles de millones de estrellas con planetas a su alrededor como prueba de que deben existir civilizaciones inteligentes en algún lugar del espacio. Pero, ¿y si se equivocan? ¿Y si no hay más que espacio vacío entre nosotros y nuestros vecinos más cercanos?
Los científicos estudian las señales producidas por estrellas, galaxias y agujeros negros en el espacio.
Pero nadie ha observado nada que se parezca a una señal producida por una civilización extraterrestre inteligente.
Los científicos han estado estudiando las señales producidas por estrellas, galaxias y agujeros negros en el espacio. Pero nadie ha observado nada que se parezca a una señal producida por una civilización extraterrestre inteligente. Si nunca hemos recibido señales de civilizaciones extraterrestres avanzadas, significa que no hay ninguna a menos de 300 años luz de la Tierra (unos 10 billones de kilómetros).
“Y puesto que las señales de radio se debilitan a medida que viajan por el espacio, si nunca hemos recibido ninguna señal de civilizaciones extraterrestres avanzadas, significa que no hay ninguna en un radio de unos 300 años luz de la Tierra”.
El hecho de que no tengamos noticias de civilizaciones extraterrestres no significa que no haya ninguna, sino que están más lejos de lo que podemos detectar. Las señales se debilitan a medida que viajan por el espacio, por lo que si nunca hemos recibido ninguna señal de civilizaciones extraterrestres avanzadas, significa que no hay ninguna en un radio de unos 300 años luz de la Tierra, una distancia que abarca aproximadamente una cuarta parte de nuestra galaxia. Esto es un hecho básico de la física, y algo de lo que los científicos eran conscientes mucho antes de que se lanzara el primer proyecto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) en 1959.
Unos cientos de años luz pueden parecer una distancia imposible de considerar cuando se piensa en la posibilidad de vida extraterrestre en otros mundos, pero es importante recordar que la propia Vía Láctea contiene alrededor de 100.000 millones de estrellas (y probablemente muchos más planetas en órbita alrededor de esas estrellas). Es fácil pensar que esta inmensidad está vacía o desolada para los humanos, pero en realidad representa una enorme superficie que los extraterrestres podrían habitar y explorar si existieran en algún lugar de ella.
El argumento de los científicos se basa en muchos factores.
El argumento de los científicos se basa en muchos factores: la idea de que pueda existir vida extraterrestre, la posibilidad de que exista vida extraterrestre inteligente e incluso la posibilidad de detectarla. ¿Pero qué hay de la comunicación con ella?
El hecho es que si quisiéramos comunicarnos con una especie extraterrestre, necesitaríamos saber cómo piensan y algún lenguaje común entre nosotros. Por desgracia, nuestros cerebros son muy diferentes de los de otros animales. Podemos hablar, pero sólo en unos pocos miles de idiomas que fueron creados por los humanos en la Tierra a lo largo de miles de años.
Los científicos llevan siglos buscando una respuesta a estas preguntas, pero aún no han encontrado ninguna prueba concreta[1].
Dado que algunas estrellas existen desde hace miles de millones de años y que algunas de ellas tienen planetas, hay muchas posibilidades de que alguna de estas civilizaciones haya durado lo suficiente como para desarrollar tecnología y poder comunicarse con nosotros.
La edad de una estrella determina su tiempo de vida. Cuanto más vieja es una estrella, más tiempo ha tenido para vivir y morir. Una estrella como el Sol habrá existido durante unos seis mil millones de años más, pero hay algunas estrellas que han existido durante miles de millones de años más. De hecho, hay algunas estrellas cuya edad es tan grande que ni siquiera podrían medirse con nuestra mejor tecnología.
Los primeros planetas se formaron en los primeros 100 millones de años tras la formación de estas estrellas (es decir, durante su vida). Los planetas se forman a partir del polvo y el gas sobrantes de cuando nacieron estas estrellas, lo sabemos porque podemos ver discos alrededor de varias estrellas jóvenes cercanas que nos muestran lo rápido que crecen los planetas.
No hay indicios de que existan otras civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia.
- Los científicos sostienen que no hay indicios de que existan otras civilizaciones extraterrestres inteligentes en nuestra galaxia.
- Basan su argumento en muchos factores, incluyendo la paradoja de Fermi y la ecuación de Drake.
- Una de las razones más convincentes de por qué los extraterrestres no nos llaman es porque aún no hemos hecho ningún intento de contacto con ellos.
Conclusión
Podemos aspirar a las estrellas, pero tenemos que ser realistas.