Lise Meitner fue una física austríaca que formó parte del equipo que descubrió y demostró el descomunal potencial energético del proceso de fisión nuclear. Como es muy posible que nunca hayas oído hablar de ella, vamos a conocer las aportaciones científicas de Lise Meitner y la biografía de esta mujer independiente y decidida:
Biografía de Lise Meitner
La biografía de Lise Meitner comienza con su nacimiento, el 7 de noviembre de 1878 en Viena, la capital de Austria.
Su familia era de procedencia judía, pero sin creencias religiosas, aunque ella se convirtió al cristianismo al llegar a la edad adulta.
Creció en el restrictivo entorno austríaco de la época, y allí la escolarización formal de las niñas terminaba obligatoriamente a los 14 años. Sin embargo, su familia podía permitirse ciertos lujos y contrató a tutores privados para que ella continuase formándose.
Tras completar su educación privada en 1901, Meitner se matriculó en la Universidad de Viena para realizar sus estudios superiores. A los 22 años comenzó la carrera de Física y aprobó su examen oral de doctorado en diciembre de 1905.
Los primeros trabajos y el exilio
Con su doctorado en la mano, Meitner se fue a la Universidad de Berlín, donde asistió a las clases de Max Planck. En 1907, Meitner se unió a un entusiasta químico, Otto Hahn, en la facultad de química de dicha universidad.
En 1912, tanto Meitner como Hahn fueron nombrados responsables de sección en el Instituto de Química Kaiser Wilhelm de Berlín. En 1914, estalló la Primera Guerra Mundial. Durante esta época, Meitner, al igual que otras científicas como Marie e Irene Curie, realizó trabajos de diagnóstico con rayos X en el frente para ayudar a los soldados heridos.
Tras la guerra, Otto Hahn y Lise Meitner se convirtieron definitivamente en compañeros de investigación y fueron los primeros en aislar el elemento químico denominado protactinio. También estudiaron fenómenos como la desintegración beta y el isomerismo nuclear.
Trabajaron juntos cerca de 30 años en el campo de la física nuclear, incorporando al equipo a Fritz Strassmann y estudiando los efectos del bombardeo de neutrones sobre el uranio.
A los 38 años, Meitner recibió su primer gran reconocimiento profesional: la medalla Leibniz de la Academia de Berlín por el descubrimiento del protactinio.
Posteriormente, fue directora de física y radiación en el Instituto Kaiser Wilhelm de Berlín y nombrada profesora de física de la Universidad de Berlín.
En 1938, Alemania se anexionó Austria por la fuerza y Meitner se vio obligada a huir a Suecia, dada su ascendencia judía. Allí sus investigaciones cobrarían un nuevo impulso que culminó con el hito más importante de su carrera científica: el descubrimiento de la fisión nuclear. Lo veremos con todo detalle más adelante.
Retiro y fallecimiento
Nunca dejó de investigar mientras estuvo en plenas facultades físicas, pero en 1960 y a la edad de 81 años, Lise Meitner sufrió una fractura de cadera y abandonó definitivamente sus actividades, retirándose a vivir a Cambridge, en Gran Bretaña.
Falleció el 27 de octubre de 1968 en Cambridge. La anciana doctora Meitner ya tenía 89 años y había sufrido varios accidentes cerebrovasculares y una nueva fractura de cadera.
El descubrimiento de la fisión nuclear
Antes hemos mencionado que Meitner abandonó definitivamente Austria en 1938. Pero continuó con sus trabajos en el Instituto Manne Siegbahn de Estocolmo, sintiéndose poco apoyada por la institución, un hecho que ella atribuía a que era una mujer y no un hombre.
Sin embargo, nunca se desanimó y continuó investigando, de manera privada, con su colega y amigo el doctor Hahn. El empeño de esta mujer excepcional dio sus frutos y entre ambos descubrieron el fenómeno de la fisión nuclear.
¿Y qué es la fisión nuclear? Pues el proceso de desintegración de los átomos, en el cual se libera una descomunal cantidad de energía: en la fisión nuclear se basan las bombas atómicas y las centrales eléctricas nucleares de hoy en día.
En 1944, Otto Hahn fue galardonado por este descubrimiento con el Premio Nobel de Química, pero Lise Meitner no fue premiada, algo muy injusto y achacable a su condición de mujer.
El agravio fue parcialmente reparado en 1966, en unos tiempos en los que esas cosas empezaban a cambiar: Meitner, Hahn y Strassman recibieron conjuntamente el Premio Enrico Fermi.
Y los tiempos siguieron cambiando y Lise Meitner recibió un honor mucho mayor que el Premio Nobel en 1997: el elemento 109 de la tabla periódica, recién descubierto, recibió el nombre de Meitnerio en su honor. Aunque más vale tarde que nunca, la pena es que ella no vivió para verlo.
En su día, sus descubrimientos relacionados con la fisión nuclear impulsaron a Albert Einstein a reunirse con el presidente norteamericano Roosevelt, lo que fue el origen del Proyecto Manhattan, en el que se desarrollaron las armas atómicas que provocaron las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Por ese motivo, Meitner ha sido calificada en ocasiones como “la madre de la bomba atómica”, aunque ella siempre desaprobó vehementemente los usos militares de la energía nuclear.
En la actualidad, es considerada en los ambientes académicos más selectos como la mujer científica más importante de la Historia, por encima incluso de Marie Curie.
Como epílogo del descubrimiento de Lise Meitner y de su biografía, añadiremos que fue enterrada en la londinense iglesia de St. James y hoy en día allí permanece, bajo una lápida sobre la que luce este sencillo y hermoso epitafio: “Una física que nunca perdió su humanidad”.