Los antídotos de veneno de serpiente se utilizan ampliamente para tratar las mordeduras de serpiente, pero su calidad y disponibilidad varían mucho. Los investigadores han descubierto que los anticuerpos para tratar las mordeduras de serpiente necesitan regiones largas y flexibles en su superficie. Esto les ayuda a unirse más eficazmente a una toxina particular que es común entre muchas especies de serpientes y causa síntomas graves en los seres humanos. Los resultados podrían ayudar a mejorar el diseño de los antivenenos utilizados para tratar las envenenaciones de diversas especies de serpientes en todo el mundo.
La envenenación por serpiente es un problema sanitario desatendido que causa unas 100.000 muertes al año y muchas más lesiones graves
La envenenación por serpiente es un problema sanitario desatendido que causa unas 100.000 muertes al año y muchas más lesiones graves. En todo el mundo, las serpientes causan unos 2,5 millones de mordeduras al año, que provocan unas 450.000 muertes; esto supone casi un tercio de todas las muertes y lesiones graves por mordedura de serpiente en el mundo (Luschi et al., 2014). La mayoría se producen en zonas rurales de países de bajos ingresos con un acceso limitado a los servicios sanitarios (OMS, 2012). La incidencia es mayor entre los niños, que a menudo son mordidos por serpientes mientras juegan al aire libre o recogen leña y que tienen un mayor riesgo de que sus heridas se infecten (Consulta de Expertos de la OMS, la OIE y la FAO sobre la gestión de las mordeduras de reptiles [WRAVES], 2014).
La carga mundial de las mordeduras de serpiente se modificó tras la introducción de nuevos antivenenos en las décadas de 1980 y 1990, en particular los que neutralizaban las toxinas del veneno en lugar de limitarse a prevenir el daño tisular causado por la parálisis del veneno (Van Schooneveld et al., 2016). Sin embargo, la producción de estos antivenenos era costosa, lo que los hacía inasequibles para la mayoría de las personas que viven en zonas rurales, donde se producen la mayoría de las mordeduras, pero, no obstante, condujo a mejoras significativas en las tasas de mortalidad de las personas tratadas con ellos en comparación con los pacientes no tratados o los tratados con tipos de antivenenos más antiguos (Wright et al, 1996; WRAVES Expert Consultation Report 1 – Prehospital Care – WHO/WB/094369EHBHG1703R1_Rev1_FINAL_WEB_15MAY2017; Wright et al., 1998; Riddell et al., 2002).
Los antivenenos se utilizan ampliamente para tratar las mordeduras de serpiente, pero su calidad y disponibilidad varían mucho
Los antivenenos se utilizan para tratar las mordeduras de serpiente, que pueden causar lesiones graves o incluso la muerte. Sin embargo, los antídotos no siempre están disponibles en muchos países, y la eficacia de los antídotos varía. Algunos antivenenos pueden ser ineficaces. Otros también pueden ser perjudiciales.
Los investigadores del MGH han descubierto una forma de hacer que el antiveneno sea más eficaz añadiendo una enzima que mejora su capacidad de unirse a las proteínas del veneno y neutralizarlas antes de que lleguen a las células objetivo. Además de mejorar la eficacia del tratamiento para las personas que sufren una envenenamiento por mordedura de serpiente, este avance también podría aumentar la capacidad de producción para fabricar estos fármacos que salvan vidas para su uso en todo el mundo donde el antiveneno es escaso o no está disponible del todo (algo habitual en muchas partes de África).
Se ha utilizado un nuevo enfoque para estudiar directamente la unión de las toxinas del veneno de serpiente a los anticuerpos
Para entender cómo se unen las toxinas del veneno de serpiente a los anticuerpos, los investigadores utilizaron una técnica llamada reticulación específica del sitio. Se trata de unir pequeñas moléculas a partes específicas de un anticuerpo para poder estudiarlas con más detalle. A continuación, el equipo utilizó un espectrómetro de masas para identificar la parte de cada molécula de toxina que se une a su anticuerpo objetivo.
Los resultados mostraron que los cuatro tipos de toxina del veneno investigados por el equipo tienen una estructura y afinidad similares por su anticuerpo huésped. Estos resultados nos ayudarán a desarrollar mejores antivenenos para su uso en ensayos clínicos, afirma el autor del estudio, el Dr. Enrico Rinaldo, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la Universidad de Monash.
Ahora sabemos exactamente dónde se unen estas toxinas en nuestros anticuerpos diana y con qué intensidad lo hacen, lo cual es importante porque nos da pistas sobre la eficacia de nuestro nuevo antiveneno contra esas toxinas concretas in vivo, añade.
La investigación demuestra que los anticuerpos para el tratamiento de las mordeduras de serpiente necesitan regiones largas y flexibles en su superficie
Cuando una serpiente te muerde, la toxina de su veneno entra en tu torrente sanguíneo. El sistema inmunitario responde produciendo anticuerpos que se unen a las toxinas e impiden que lleguen a su objetivo. Pero aquí es donde la cosa se complica: los anticuerpos deben ser capaces de unirse a la toxina del veneno de la serpiente de tal manera que impidan que el veneno llegue a su objetivo y al mismo tiempo permitan la circulación de la sangre por todo el cuerpo.
El estudio identifica las características clave necesarias para el desarrollo de antivenenos eficaces
Los antídotos se utilizan ampliamente para tratar las mordeduras de serpiente, pero su calidad y disponibilidad varían mucho. Se está utilizando un nuevo enfoque para estudiar directamente la unión de las toxinas del veneno de serpiente con los anticuerpos. Un estudio demuestra que los anticuerpos para el tratamiento de las mordeduras de serpiente necesitan regiones largas y flexibles en su superficie.
Esta investigación ayudará a otros científicos a comprender mejor cómo funciona el antídoto y qué hace que un antídoto sea mejor que otro, lo que podría conducir a mejorar los tratamientos para pacientes con mordeduras graves de serpientes peligrosas como cobras o víboras.
Conclusión
La envenenación por serpiente es un problema sanitario desatendido que causa unas 100.000 muertes al año y muchas más lesiones graves. Los antivenenos se utilizan ampliamente para tratar las mordeduras de serpiente, pero su calidad y disponibilidad varían mucho. Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) ha identificado las características clave necesarias para el desarrollo de antivenenos eficaces contra las toxinas del veneno de serpiente. Los resultados podrían orientar las futuras investigaciones sobre el desarrollo de mejores antivenenos contra otras enfermedades, como el sida o el dengue.