En la fiesta de la ciencia he podido ir con la sillita paseo de bebé de mi hija pequeña

Tengo una hija pequeña y me gusta llevarla de paseo con el cochecito. Hace unas semanas, decidimos ir al museo de ciencias de nuestra localidad donde hacían una fiesta de la ciencia. Fue un día estupendo y aprendimos muchas cosas interesantes. Vimos animales en el zoo, participamos en talleres que nos enseñaron a construir robots con materiales reciclados e incluso fabricamos nuestros propios instrumentos para poder tocar música en familia.

Hubo muchas actividades para los niños, desde manualidades hasta experimentos científicos.

Hubo un taller sobre cómo construir un cochecito “inteligente”. Yo participé en un taller sobre cómo construir un cochecito robótico.

Hubo un taller sobre cómo fabricar un cochecito “inteligente”. Un cochecito “inteligente” es un cochecito que se puede controlar con un teléfono inteligente.

El taller trataba sobre cómo controlar el cochecito con una aplicación, y el presentador nos demostró cómo funciona mostrándonos vídeos de distintas personas utilizando sus aplicaciones para controlar sus propios cochecitos. En un vídeo, dos mujeres caminaban juntas por la terminal de un aeropuerto mientras empujaban a sus bebés en dos tipos diferentes de cochecitos inteligentes; uno tenía cuatro ruedas como el mío pero no iba muy rápido porque su motor no aguantaba bien las cuestas (la otra mujer tenía una versión de seis ruedas). En otro vídeo, alguien utilizó la función GPS de su teléfono para que su hijo supiera siempre dónde estaba, fuera donde fuera dentro de su radio de acción; esta función sería especialmente útil si se alejara de casa durante el recreo en la guardería o el preescolar.

Participé en un taller sobre cómo construir un cochecito robótico. Los materiales necesarios fueron:

• Un cochecito o sillita de bebé (el que yo utilicé era el de mi hija)
• Arduino Uno + cable USB
• Servomotores (2) ¡Esta es la parte que hace que las ruedas giren y giren!

Los cochecitos no sólo sirven para ir de compras y pasear al bebé. También pueden utilizarse en experimentos científicos, como la construcción de robots.

Con tu cochecito puedes hacer más cosas de las que crees.

Estoy muy contenta de poder compartir contigo todo lo que he aprendido sobre los cochecitos.

Si eres como yo, probablemente tu primera impresión de un cochecito fue que sólo era un medio de transporte. Pero ahora sé que no es así. Los cochecitos no sólo sirven para pasear por la ciudad, sino también para aprender.

Empezaré contándote la fiesta de la ciencia a la que fui hace poco con el cochecito de mi hija pequeña (tiene casi dos años). Se celebró en un lugar muy interesante: El Museo de Historia Natural de Los Ángeles (o “el LACMA”, como lo llaman los lugareños).

En conclusión, espero que prueben algunas de estas actividades con sus hijos. Es una forma estupenda de pasar tiempo juntos y enseñarles ciencia.