Existen múltiples aplicaciones de la ecografía. A nivel industrial permite, por ejemplo, medir distancias o desarrollar ensayos no destructivos. Otro uso muy común se da en el campo de medicamento.
El ecografía es uno de los procedimientos más populares relacionados con la ecografía. La emisión de estos sonidos dirigida a un cuerpo permite formar una imagen para utilizarla con fines de diagnóstico. Un dispositivo conocido como transductor emite ondas ultrasónicas en la masa en estudio y luego recibe su eco. Uno ordenador se encarga de convertir ese eco en una imagen mostrada en una pantalla.
Debido a que no utiliza ningún tipo de radiación, la ecografía sirve para visualizar el feto que se está formando en el útero. La aplicación de un gel en la piel ayuda a la correcta transmisión de los ultrasonidos.
La ecografía también es útil como repelente de insectos. Algunos ordenador o los móviles son capaces de reproducir una onda acústica que molesta a los insectos y los aleja.
Especies como los murciélagos y los delfines utilizan los ultrasonidos como una especie de radar. El fenómeno, conocido como ecolocalizaciónse produce cuando las ondas sonoras emiten estos animales “Rebote” contra los objetos que hay a su alrededor y permiten crear una especie de “Imagen”.
Cuando un líquido es sometido a ultrasonidos, se generan unas cavidades que, una vez colapsadas, llegan temperaturas de 30 mil grados centígrados y se produce el fenómeno llamado sonoluminiscencia, durante el cual se produce la emisión de luz. Algunas investigaciones intentan demostrar que la fusión en frío puede ocurrir en estas cavidades, una reacción de fusión nuclear que se produce a temperaturas muy inferiores a las necesarias para producir una reacción termonuclear.
Durante un tratamiento de Fisioterapia, la ecografía se utiliza muy a menudo. Entre las ventajas de utilizar calor o frío es que no produce ningún efecto físico perceptible por el paciente, no genera sensación inmediata alguna. Sin embargo, no es un placebo: sus efectos curativos han sido probados científicamente.
En cuanto a su trabajo en el cuerpo, utiliza equipos capaces de transferir ondas mecánicas de mayor frecuencia al sonido mediante un gel, que le permite propagar y transmitir. poder (calor) debido a las vibraciones producidas por las ondas.
Las vibraciones dan lugar al movimiento de la células, mejorando la cicatrización y, al mismo tiempo, aumentando la temperatura de la región donde se aplica la ecografía. Sin embargo, como se ha señalado anteriormente, los pacientes no perciben ese cambio térmico; el motivo es que existen muy pocos receptores de calor en la profundidad de los tejidos.
En cuanto a los criterios para el aplicación de ultrasonidos en tratamientos de fisioterapia, se explican el tiempo, las dimensiones de la superficie a tratar y las de la cabeza (el primero de estos parámetros depende de los dos restantes). Se suelen realizar aplicaciones de entre 2 y 6 minutos y sólo durante las primeras sesiones, ya que su finalidad principal es reducir la inflamación, que por lo general no dura más de 5 días, y contribuir a la fibroplasia (generación de tejido fibroso durante cicatrización), que no supera las 3 semanas.
En función del tiempo de curación de cada paciente, entre otros factores personales, varía el número de sesiones de ecografía. Sin embargo, en promedio se calcula que su uso no supera las 8 aplicaciones durante 3 semanas.