La vida en la Tierra es un fenómeno muy complejo que ha desconcertado a los científicos durante siglos. Aunque generalmente se considera que el ADN y las proteínas son los componentes básicos de la vida, no está claro cómo aparecieron por primera vez ni cómo evolucionaron desde la materia no viva hasta las células vivas. Los primeros organismos fueron probablemente simples reacciones químicas en el interior de rocas o cristales de arcilla que tuvieron lugar durante millones de años sin luz solar ni oxígeno. Estas primeras formas de vida eran probablemente organismos unicelulares, como bacterias o arqueas, que podían sobrevivir en condiciones extremadamente duras, como el calor y el frío extremos y la falta de oxígeno (porque no había mucho oxígeno disponible).
La cuestión de cómo se inició la vida en la Tierra es algo que se ha planteado durante siglos.
La pregunta de cómo empezó la vida en la Tierra es algo que se ha planteado durante siglos. De hecho, el primer intento documentado de responder a esta pregunta lo hizo Aristóteles en su libro Sobre los cielos, escrito hace más de 2.000 años. Desde entonces, los científicos de todo el mundo han propuesto y debatido muchas teorías diferentes. Las teorías sobre el origen de la vida se denominan abiogénesis. Hay varias teorías sobre cómo ocurrió: una de ellas es que las células se formaron por primera vez a partir de hebras de ARN que se enrollaron entre sí.
La teoría actual sobre el origen de la vida se llama abiogénesis.
La abiogénesis es la teoría de que la vida surgió de la materia no viva. Es una teoría, no un hecho, y no la apoyan todos los científicos.
Las teorías no son hechos. Los hechos son cosas que son objetivamente ciertas; podemos observarlas y medirlas con métodos científicos. Las teorías toman las observaciones del mundo que nos rodea y las utilizan para explicar cómo funcionan las cosas o cómo llegaron a ser. Se basan en pruebas, pero no dejan de ser meras suposiciones: conjeturas sobre cómo pudieron ocurrir ciertos fenómenos en el pasado o cómo ocurrirán en el futuro. Por ejemplo, sabemos por los registros fósiles que los dinosaurios vagaban por nuestro planeta; se trata de una observación que puede recrearse con métodos científicos (a partir del estudio de los fósiles). Por el contrario, hay quien piensa que los dinosaurios murieron a causa de la caída de un asteroide hace 65 millones de años; esta idea también se basa en la observación, pero aún no se ha demostrado con pruebas físicas (no hay ningún cráter en el lugar en el que creen que habría impactado un asteroide). Sin más pruebas de que esta teoría sea cierta o falsa -y aún queda mucho trabajo por hacer-, seguiremos refiriéndonos a ella como una “teoría”.
Hay varias teorías sobre cómo ocurrió.
Esta pregunta se ha formulado durante siglos, y no hay respuestas fáciles. La teoría actual sobre el origen de la vida se llama abiogénesis. Se sugiere que las células se formaron primero a partir de hebras de ARN que se enrollaron entre sí para formar una estructura llamada ribonucleoproteína (ARN-P). Esta estructura se autorreplicó y evolucionó hasta convertirse en algo parecido a las células modernas.
Sin embargo, ésta no es la única teoría sobre cómo empezó la vida:
Una teoría es que las células se formaron por primera vez a partir de hebras de ARN que se enrollaron entre sí.
La hipótesis del mundo del ARN afirma que la vida comenzó con una molécula autorreplicante de ARN. El ARN es un ácido nucleico que puede almacenar información y catalizar reacciones químicas. Está formado por cuatro bases: adenina (A), guanina (G), citosina (C) y uracilo (U). Un par de estas bases forma un codón, que puede codificar un aminoácido o la terminación de la síntesis de proteínas formando un codón triplete.
El ARN es capaz tanto de almacenar información genética como de sintetizar otros ARN a partir de bloques de construcción monoméricos simples como las nucleobases ribosa, fosfato, desoxirribosa o 2′-desoxirribosa; también puede utilizar otras moléculas como sustratos en función de su entorno, como el ATP, así como otras bases nitrogenadas como el ADP/AMP; su capacidad para sintetizar proteínas utilizando aminoácidos le permite replicarse sin necesidad de fuentes externas, por lo que esta hipótesis ha sido tan popular en los últimos años, ya que proporciona una explicación de cómo la vida podría haber comenzado sin ninguna ayuda externa necesaria de la materia prebiótica.
El ARN puede replicarse a sí mismo sin la ayuda del ADN o de otras proteínas, y se teoriza que esto podría haber sido más común una vez que las hebras de ARN se fusionaron.
El ARN es una molécula que se encuentra en todos los seres vivos. Puede utilizarse para almacenar información genética, codificar proteínas y enzimas y transferir información genética entre células. Por ejemplo, el ARN es utilizado por muchos organismos como parte de su sistema inmunitario; identifica a los invasores extraños, como los virus o las bacterias, y luego produce proteínas que los atacan.
El tipo más común de ARN que se encuentra en la naturaleza es el ARN mensajero (ARNm), que transporta las instrucciones para fabricar proteínas desde el ADN hasta la célula, donde se traducen en órdenes procesables para crear esas proteínas. Los ARN mensajeros son cadenas simples de nucleótidos (los bloques de construcción del ADN) que se pliegan en formas complejas cuando se producen dentro de la célula; este plegado se produce porque cada tipo de ARNm tiene su propia forma única basada en su propósito dentro del cuerpo de un organismo.
Una tercera teoría sugiere que la vida surgió de una reacción química en el interior de una roca de arcilla sólida.
Una de las teorías más recientes sugiere que la vida surgió de una reacción química en el interior de una roca arcillosa sólida. La teoría fue desarrollada por primera vez a finales de la década de 1990 por científicos que estudiaban cómo reaccionaban las sustancias químicas en diversos entornos, incluidos los cristales de sal y la piedra caliza (un tipo de roca sedimentaria).
Sus experimentos demostraron que cuando las moléculas de ARN se exponían a estos materiales durante largos periodos de tiempo, empezaban a unirse en cadenas que formaban largas cadenas de ADN. Esto era importante porque significaba que el ARN podría haber creado el ADN -y por tanto la vida misma- de esta manera.
Se llama “hipótesis de la arcilla” porque se refiere a las rocas similares a la arcilla que se encuentran en la Tierra, llamadas “condritas carbonosas”, que han demostrado ser ricas en materia orgánica. Esta sustancia puede encontrarse hoy en día en Marte y algunos otros planetas, así como en el interior de cometas y asteroides.
Es muy posible que la vida haya tenido que dar varios pasos pequeños para evolucionar a partir de la no-vida en la Tierra.
El hecho de que la vida haya evolucionado a partir de la no-vida es un descubrimiento extraordinario. Sugiere que el proceso de la evolución puede crear estructuras complejas sin necesidad de un diseñador, y apunta a la posibilidad de que otros planetas también tengan vida.
Si le interesa saber más sobre la teoría de la evolución, consulte nuestro artículo sobre “¿Cómo evolucionó el ser humano?”
Conclusión
Puede que nunca sepamos exactamente cómo empezó la vida en la Tierra, pero podemos seguir buscando respuestas. Mientras tanto, es importante no dejarse llevar por las discusiones sobre quién tenía razón o no y centrarse en aprender más sobre nuestros orígenes como especie.