Los babilonios tenían problemas irresolubles con el sistema numérico existente. Por ejemplo, no podían encontrar la raíz cuadrada de 60 o 61. No tenían el cero como dígito marcador de posición; en su lugar, dejaban un espacio en blanco si hoy usáramos el cero. También era difícil escribir números grandes, como 203 o 3141; en su lugar, utilizaban símbolos especiales para representar 1.000 y 10.000, respectivamente”.
Las matemáticas babilónicas aparecen en el registro arqueológico a partir del periodo de la Antigua Babilonia (1830-1531 a.C.), con el descubrimiento en 1854 de una tablilla de arcilla en Senkereh, una antigua ciudad del sur de Irak.
Esta tablilla, fechada entre el 2000 y el 1800 a.C., presenta una serie de características que la distinguen del resto de las tablillas de arcilla; en particular, está escrita íntegramente en cuneiforme acadio -en lugar de sumerio- y tiene forma de tabla.
Las matemáticas babilónicas son un conjunto de tablillas de arcilla fechadas entre el 2000 y el 1800 antes de Cristo. Se encontraron en la ciudad de Senkereh, situada en el sur de Irak. Las tablillas son uno de los primeros ejemplos de uso de un sistema de valor posicional con base 60 o sistema numérico sexagesimal. Este uso fue descrito por Plimpton 322, una antigua tablilla cuneiforme que data de alrededor de 1800 a.C. y que incluye ejemplos para problemas de cálculo que implican multiplicación y división.
La tablilla comienza enumerando cuatro números entre el 3143 y el 2966 como “sexagesimales” (fracciones de la antigua Babilonia); a estos les siguen tablas de números escritos tanto en notación sexagesimal como decimal para cada base.
El número más grande escrito por completo en una de las caras de la tablilla es el 6748; a continuación aparece una tabla de división para números hasta el 703 (el mayor número sexagesimal posible de dos cifras).
La tablilla está escrita en cuneiforme acadio. Está fechada entre el 2000 y el 1800 a.C., aunque ya existían formas anteriores de escritura en Mesopotamia desde el 4000 a.C. Los babilonios utilizaban un sistema numérico sexagesimal (base 60), lo que significa que contaban utilizando sextetos de una entidad como el tiempo o la distancia. Esto les permitía dividir los sesenta en trozos más pequeños que podían utilizarse con fines contables; sin embargo, también hacía que su aritmética fuera más difícil que la de otras culturas que utilizaban sistemas de base 10 como los nuestros hoy en día. Sus números eran muy precisos: si sumas o restas un número pequeño del valor de tu respuesta, ésta se desviará en una sexagésima parte en lugar de redondearse hacia arriba o hacia abajo en un valor unitario como hacemos hoy en día al hacer cálculos con nuestro sistema de valor posicional decimal. En esta tablilla también había tablas en las que se podían anotar valores grandes utilizando tanto la forma de notación decimal como la sexagesimal; estas tablas habrían sido útiles para calcular los precios o los impuestos que se debían pagar en los mercados en los que sólo se negociaban pequeñas cantidades con regularidad (como la cebada).
Los babilonios tenían problemas irresolubles con el sistema numérico existente.
Por ejemplo, no podían encontrar la raíz cuadrada de 60 o 61. No tenían el cero como dígito marcador de posición; en su lugar, dejaban un espacio en blanco si hoy usáramos el cero. También era difícil escribir números grandes, como 203 o 3141; en su lugar, utilizaban símbolos especiales para representar 1.000 y 10.000, respectivamente.
- Los babilonios tenían un sistema numérico ineficiente.
- No podían encontrar la raíz cuadrada de 60 o 61.
- No tenían el cero como dígito marcador de posición; en su lugar, dejaban un espacio en blanco si hoy usáramos el cero. Era difícil escribir números grandes como 203 o 3141; en su lugar, utilizaban símbolos especiales para representar 1.000 y 10.000 respectivamente.
Conclusión
Como hemos visto, los babilonios tenían algunos problemas con su sistema numérico. Pudieron resolver la mayoría de estos problemas desarrollando un nuevo sistema que todavía se utiliza hoy en día.