Aprender a priorizar “yo”
Como especialistas en vida infantil, a menudo dedicamos cada día a priorizar nuestra carga de casos para brindar la mejor atención posible a todos y cada uno de los pacientes. Por lo general, nuestras prioridades cambian a lo largo del día a medida que surgen necesidades adicionales o más apremiantes, por lo que reestructuramos nuestro día para satisfacer esas necesidades. Sin embargo, con demasiada frecuencia, nos olvidamos de priorizar a una persona crítica: yo.
La vida infantil es un campo emocional y mentalmente exigente. Vemos a los pacientes en todas las etapas de la vida, nos esforzamos por mejorar el manejo de algunas de las circunstancias más difíciles y brindamos apoyo adicional a los hermanos, padres y familiares de nuestros pacientes. En otras palabras, pasamos el día entregándonos emocionalmente a nuestro trabajo. ¿Por qué hacemos esto? ¡Porque nos encanta! Nos apasiona lo que hacemos, a quién servimos y hacer que la experiencia hospitalaria sea positiva para todos los involucrados. Sin embargo, para poder brindar esta calidad de atención de manera consistente, debemos ante todo cuidarnos a nosotros mismos. Debemos dedicar tiempo a reflexionar sobre las experiencias, procesar el duelo y los desafíos, criticar nuestro trabajo por las cosas que podríamos haber hecho mejor y trabajar para mejorarnos a nosotros mismos y a nuestros servicios para futuras interacciones. Todo esto cae bajo un paraguas muy grande que escuchamos con demasiada frecuencia: el cuidado personal.
El autocuidado es una palabra de moda en nuestro campo, pero ¿cuántos de nosotros estamos ejerciendo adecuadamente esta práctica? El campo de la vida infantil se presta al agotamiento, por lo que el cuidado personal regular es aún más crucial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el cuidado personal no es una práctica única para todos. Cada profesional debe encontrar lo que mejor le funciona para maximizar el beneficio. Por ejemplo, algunas personas pueden beneficiarse del procesamiento grupal regular, mientras que otras pueden tener un confidente que brinde esta misma experiencia informativa.
Como profesional relativamente nuevo, me he encontrado usando un método de “ensayo y error” cuando se trata de autocuidado para identificar las mejores herramientas que me benefician específicamente. La intención de esta publicación es ser una oportunidad para evaluar las prácticas actuales de autocuidado para aquellos que buscan identificar nuevas formas de procesar las emociones que a menudo reprimimos en un esfuerzo por brindar el más alto nivel de servicios en nuestro rol diario.
Meditación
Existen muchas herramientas que son gratuitas y de fácil acceso a través de teléfonos celulares y tabletas para guiar a una persona a través de la meditación, la atención plena o simplemente la relajación intencional. Personalmente, me he beneficiado de la Aplicación “Calma” en mi telefono. Esta aplicación proporciona meditación guiada, así como “historias de sueño”, las cuales me han ayudado a reenfocarme después de situaciones o turnos estresantes. La aplicación está disponible en una versión ampliada por una tarifa de suscripción, pero el material gratuito me ha resultado muy útil.
Gestión del tiempo
Esto suena como un componente simple e innecesario, pero en realidad es algo que todos podemos beneficiarnos al reevaluar. En mi función, recopilo datos diarios de mi trabajo clínico. De vez en cuando, doy un paso más y hago un seguimiento de mi tiempo a lo largo del día durante una semana más o menos, luego vuelvo y evalúo dónde he pasado el tiempo y qué podría haber hecho para ser más eficiente en mi jornada laboral. Para aquellos que tienen varios roles y responsabilidades fuera de la atención directa al paciente, esto puede ser muy beneficioso para aumentar la eficacia de su jornada laboral y disminuir el estrés de las tareas que quedan por completar cuando se va a casa.
Alimentación saludable y actividad física
Tengo que admitir que esta es un área en la que lucho. Trabajando en un hospital con un día impredecible, puede ser un desafío hacer de esto una prioridad. No obstante, puedo dar fe de la diferencia en la productividad, la motivación y la energía después de pasar unos días centrados en la elección de alimentos saludables (con uno o dos bocadillos combinados) y participando en algún tipo de actividad física algunas veces a lo largo de la semana. La actividad física puede verse diferente para todos y no tiene que ser un entrenamiento de alta intensidad. Esto puede incluir caminatas intensas en algún momento del día, yoga, correr, una clase de ejercicios, etc. Cualquier cosa que pueda brindarle de 30 a 60 minutos de tiempo para que su cerebro descanse y se concentre en usted.
Establece “Tiempo para mí”
Este componente es mi forma favorita de practicar el cuidado personal, especialmente después de una semana difícil. Apartaré un período de tiempo, ya sean 30 minutos, una hora o medio día para participar en actividades con el único propósito de concentrarme en mí mismo. Esto puede ser ir al cine, ir de compras, llevar a su perro a dar un largo paseo, mirar televisión o preparar una comida u hornear un postre que realmente disfrute. Cualquier cosa que identifiques como una actividad placentera puede convertirse en “tiempo para mí” con la única estipulación de que el tiempo se divide en el resto de tu horario. El lugar de esta actividad en su calendario debe ser tan respetado como una cita o reunión con el médico. Es una oportunidad definida para enfocarse en su bienestar mental y rejuvenecerlo para futuras interacciones con pacientes.
Crear un ambiente de trabajo positivo
Por último, pero no menos importante, su entorno de trabajo debe ser un lugar en el que disfrute estar. Los especialistas en vida infantil, como mencioné anteriormente, sienten pasión por su trabajo. Me encanta venir a trabajar todos los días. Sin embargo, mis sentimientos hacia el trabajo mejoran cuando tengo un espacio con el que me siento conectado mientras estoy en el trabajo. Los profesionales a tiempo completo pasan aproximadamente 40 de las 168 horas cada semana en el trabajo. Eso es casi una cuarta parte de nuestra semana en un solo lugar, por lo que debemos hacer todo lo posible para crear un espacio en el que disfrutemos estar. Me enorgullece decorar el espacio de mi oficina para que se sienta personalizado para mí. Tengo varias fotos, tarjetas, baratijas y otras decoraciones que han viajado conmigo a varias oficinas diferentes y me mantienen conectado a mi espacio mientras estoy en el trabajo. Mis decoraciones cambian con las próximas vacaciones y temporadas, y realmente me permiten sentirme más en casa cuando estoy en el trabajo.
En definitiva, el autocuidado variará de profesional a profesional, pero hay una constante con respecto al tema: es una necesidad. Ningún especialista en vida infantil podrá mantener una atención de calidad al paciente a lo largo de su carrera sin practicar el autocuidado con regularidad. Esta publicación no es de ninguna manera una lista completa de actividades de autocuidado, pero puede servir como punto de partida para aquellos que buscan herramientas de autocuidado que se ajusten a sus necesidades y puede ser un gran tema de conversación para los departamentos que buscan mejorar su autocuidado. prácticas de cuidado.
Janine Patton es un especialista certificado en vida infantil con una maestría en vida infantil, colaboración familiar y administración. Actualmente trabaja en el Texas Children’s Hospital como Especialista en Vida Infantil II en el Departamento Renal.
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