Aventuras de Martín el científico (VI) El misterio de la puerta

Eran vacaciones de verano y Mateo había ido a casa de Martín a jugar.

— ¡Menos mal que aquí tienes aire acondicionado! Pero si dejas la puerta del jardín abierta va a entrar el calor, cerrémosla —  dijo Mateo.

—  No te molestes, ya intenté cerrarla, pero es imposible — contestó Martín.

— ¿Por qué? Cuando hacía frío estábamos aquí con la puerta cerrada.

— Si, pero cada vez que hace calor algo le ocurre y no la puedo cerrar. Todavía estoy intentando averiguar si tiene algo que ver con que sea de metal — explicó Martín mostrándole que por más fuerza que hiciera no lograba cerrarla.

— Puede ser… Es extraño — dijo su primo.

— ¡Lo más extraño es que ocurre siempre que hace mucho calor! Quizás tiene que ver con lo que vi el otro día en el laboratorio  — exclamó Martín

— ¿Qué viste, Martín?

— La diferencia entre temperatura y calor. Aunque a veces parezca que son lo mismo, en realidad son cosas diferentes. El calor es energía que se transmite de un cuerpo a otro, y al hacerlo, puede elevar o disminuir la temperatura de un cuerpo.

— ¡Entonces cuando se pone una olla al fuego lo que se transmite no es la temperatura sino el calor! —  exclamó Mateo.

— Exacto, ven, hagamos un experimento  — dijo su primo.

Ambos fueron a la cocina y le pidieron a la mamá de Martín que ponga agua a calentar. Ella lo hizo y luego la sirvió en un vaso mientras Martín servía agua fría en otro. Luego ambos niños pusieron un termómetro en cada vaso y vieron cómo ambos mostraron diferentes temperaturas.

— El calor se transmitió del fuego a la olla, pero lo que están midiendo sus termómetros es la temperatura — dijo su madre.

— ¡Probemos otra cosa! — dijo Martín yendo a su cuarto por un tubo de vidrio muy fino llamado capilar.

Primero sumergieron una parte del capital en el agua fría logrando mantener una pequeña gota en su interior, lo más cerca del centro posible, de manera que la gota quedara entre espacios de aire. Luego, en uno los extremos del capilar colocaron con mucho cuidado colocaron la masilla para sellar el borde.

— Ahora sumerjan el capilar del lado sellado por la masilla en el agua caliente.

— ¡La gota que estaba en el medio se fue al otro extremo! — exclamó Martín emocionado.

— Esto es porque con el calor el gas se expande y hace que la gota vaya hasta el otro extremo.

— Yo tengo una pregunta, ¿cómo funcionan los termómetros? — preguntó Mateo.

La mamá de Martín sonrió y le dijo que estos tenían un metal llamado mercurio en su interior.

— Este metal, se comprime cuando hace frío y por se ve como una línea más pequeña cuando está en contacto con bajas temperaturas. Por el contrario, las altas temperaturas hacen que se dilate, expandiéndose.

— Bueno, más allá del agua, que es un caso especial, ¿el resto de los materiales se dilatan si aumenta su temperatura? — preguntó Martín.

— Así es niños — dijo su madre.

— ¡Entonces ya sé por qué la puerta del jardín no cierra bien! Como estamos en verano la temperatura es tan alta que el metal está dilatado.

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