Dependiendo de a quién le preguntes, la inteligencia artificial y la automatización destruirán puestos de trabajo o crearán nuevos. En realidad, un mayor impulso hacia la automatización probablemente matará y creará empleos; seguramente muchos trabajadores se volverán redundantes en ciertas esferas, pero es probable que surjan muchos roles nuevos.
La automatización ha ganado una mayor atención en medio de la gran emergencia sanitaria y el distanciamiento social provocado por el virus Covid-19. Pero es demasiado pronto para decir si la pandemia acelerará la automatización en todas las industrias. La contratación de inteligencia artificial se ralentizó durante la crisis, pero hay muchos casos en los que la automatización podría ayudar a las personas a adherirse a los protocolos de distanciamiento social, desde robots baristas y limpiadores hasta drones comerciales. Por supuesto, cualquier discusión sobre la automatización plantea invariablemente la pregunta de qué significa para los trabajos.
Como todavía nos encontramos en las primeras etapas de un cambio más amplio hacia la inteligencia artificial y la automatización, no es fácil imaginar por completo qué nuevos trabajos podrían surgir y cuáles se perderán. No obstante, sabemos que la metodología STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, por sus siglas en Inglés) puede ayudar a desarrollar la creatividad, el ingenio y la habilidad de solucionar problemas para los estudiantes que experimenten con la misma. Los robots verdaderamente autónomos están todavía lejos de la realidad, pues actualmente son robots con capacidades semiautomáticas con circuitos hechos por otros seres humanos, lo que indica que podemos lograr un rendimiento mucho mejor en general, y generar un sector laboral completamente nuevo. Existe un consenso creciente de que los humanos trabajarán en conjunto con los robots, desempeñando roles complementarios que juegan con sus respectivas fortalezas.
La robótica educativa está ganando terreno en las aulas de todo el mundo, y por una buena razón: es interesante, práctica y los estudiantes aprenden conceptos del mundo real a medida que resuelven desafíos. Y a medida que crece la educación en robótica, también lo hacen los recursos para que los maestros fortalezcan sus propias habilidades en robótica y transfieran ese conocimiento a todos sus estudiantes.
Y es que… la idea de tener un robot como profesor suena aún como un argumento de la serie de televisión distópica de Netflix, Black Mirror, pero algunos expertos en educación creen que pueden complementar a los humanos, especialmente a los niños. Los robots son muy atractivos y atraen la atención de los niños rápidamente, son sociales, pero no demasiado complicados, por lo que son para quienes tienen problemas con la comunicación social o tienen trastornos del procesamiento sensorial. Un robot tiene suficiente interacción para mantenerlos comprometidos, pero no abrumados.
Hasta ahora, se sabe que los niños con trastorno del espectro autista muestran más interacción cuando se introduce un robot educativo en comparación con las sesiones de aprendizaje con una persona. Enseña a los estudiantes a sintonizarse con las emociones, expresar empatía y comprender mejor las situaciones sociales. Los robots equipados con inteligencia artificial pueden ser mejores que los seres humanos en la cuestión de detectar el estado emocional y la calidad de atención de un niño. Por ejemplo, si bien apartar la mirada de un libro de texto o una pizarra puede indicar una falta de compromiso, existe una relación más compleja entre la atención y la mirada visual. Algunos de los robots que ahora están enseñando a los niños, son capaces de rastrear la correlación pasada y presente entre prestar atención y desempeño, hasta pueden identificar cuando un estudiante se siente frustrado, estresado o sufre otros estados mentales que lo distraen, percibiéndolo mediante sensores térmicos que monitorean señales como la respiración, la frecuencia cardíaca y el calor corporal. De esta manera, muchos de estos robots pueden producir datos que muestran los niveles de atención de los estudiantes, qué días se desempeñan mejor y cuáles son los tiempos de aprendizaje óptimos para cada estudiante.
Si el estudiante empieza a perder la atención y su rendimiento baja, el robot puede detener la lección y brindar la oportunidad de un descanso cerebral, como un ejercicio de respiración o estiramiento durante 15 segundos para volver a enfocar su atención. A veces el estado emocional y fisiológico de un niño habilita o limita su capacidad para estudiar, y esto puede incluir timidez al hacer o responder preguntas en clase, o demostrar una habilidad a un grupo. Los niños luchan si no dominan un tema y ven que sus compañeros lo dominan. Con los robots, no se preocupan por el aspecto social de ser juzgados.
La integración de nuevas tecnologías en las aulas ha presentado desafíos, incluida una formación docente inadecuada y costos financieros. Los expertos han identificado una brecha entre las herramientas que ofrecen los desarrolladores de productos y lo que las escuelas realmente necesitan, mientras que a otros les preocupa que, en áreas como la realidad virtual, se preste más atención a la usabilidad que a los resultados del aprendizaje. Los expertos en robótica han reconocido los desafíos del pasado y quieren asegurarse de que sus productos se diseñen conjuntamente con los educadores y formen parte del proceso de enseñanza, en lugar de ser una novedad independiente.
La educación STEAM se centra en la preparación para un futuro impulsado por la tecnología y, al mismo tiempo, aprovecha las curiosidades naturales de un niño para experimentar la vida de tantas formas como sea posible. Desde la codificación hasta la kinesiología, desde la ingeniería hasta la imaginación, la robótica les brinda a los niños una ventaja insustituible en la vida que siempre será una fuente de estabilidad, éxito e intriga.
Incluso si los niños eligen una carrera que no sea robótica o programación, aprender sobre éstos les enseña muchas habilidades importantes como pensamiento analítico, programación, trabajo en equipo, pensamiento colaborativo, innovación y más. Se puede incorporar fácilmente a la educación STEAM, que se está volviendo cada vez más popular en las escuelas del mundo. ¿La has utilizado y/o la recomendarías para los niños?