Tal día como hoy (19 de Enero) de 1915, el físico francés Georges Claude recibe el visto bueno para que su patente de lámparas de neón pueda seguir adelante.
Georges Claude nació en París el 24 de septiembre de 1870, fue un químico, físico e inventor. Algunos le consideran el “Edison de Francia” ya que trabajó en varios inventos.
Thomas Edison no inventó la bombilla, la convirtió en un dispositivo práctico. George Claude también logro dar un uso inesperado a un elemento que acababan de descubrir a finales del siglo XIX; el neón.
En 1898, William Ransay y Morris Travers lograron separar el gas neón puro del aire que respiramos. Pronto los físicos empezaron a estudiar las propiedades de este nuevo gas y descubrieron que si lo metían en un tubo de descarga y le aplicaban varios miles de voltios aparecía un resplandor de luz carmesí.
Aunque la luz de neón nació junto el descubrimiento del nuevo gas noble, al principio solo se usó como curiosidad porque el neón era muy escaso. Pero en 1902 , Georges Claude creó una empresa para licuar el aire y, como subproducto, empezó a producir toneladas de gas neón, a la vez que desarrolló un método para purificarlo dentro de un tubo de vidrio cerrado.
Con este inventó, Claude consiguió que las luces de neón pudieran tener una vida mas que aceptable. En los años 20 llevó su invento a los EEUU y las luces de neón empezaron a cambiar las grandes ciudades iluminando carteles publicitarios, fachadas de edificios, fachadas de teatros y cines…
Como curiosidad comentar que Georges Claude junto con otro socio fundaron una empresa llamada “Air Liquide” que actualmente una gran corporación multinacional con sede en París, Francia.