Tal día como hoy (13 de Marzo) de 1732 nace en Inglaterra , Joseph Priestley, conocido como el creador del agua carbonatada.
Joseph Priestley fue un científico y teólogo del siglo XVIII, clérigo disidente, filósofo, educador y teórico político, que publicó más de 150 obras.
Como educador y pedagogo Priestley hizo importantes contribuciones a la pedagogía, incluyendo la publicación de la obra fundacional de la gramática inglesa y la invención de la historiografía de la ciencia moderna.
Como científico fue eminentemente práctico antes que teórico. A lo largo de su vida, Priestley, tuvo una considerable reputación científica, residente en su invención del agua carbonatada, sus composiciones sobre la electricidad, y su descubrimiento de múltiples “aires” (gases).
En el ámbito de la electricidad escribió y publico un libro de 700 páginas llamado “The History and Present State of Electricity” (La Historia y el Estado Presente de la Electricidad). La mitad del libro hablaba de la historia de la electricidad y la segunda mitad, más influyente, es una descripción de teorías contemporáneas sobre la electricidad y sugerencias para futuras investigaciones. Este libro sobre la historia de la electricidad siguió usándose como manual sobre el tema cien años después de su fallecimiento.
Priestley quiso incorporarse al segundo viaje de James Cook a los mares del sur como astrónomo pero no fue escogido. Aún así enseño una fórmula a los marineros para hacer agua carbonatada. Él creía que el agua carbonatada les ayudaría a combatir el escirbuto.
En 1772 , Priestley publicó Directions for Impregnating Water with Fixed Air (Directrices para Impregnar Agua con Aire Fijado) pero no exploró el potencial comercial del agua carbonatada. Otros como JJ Schweppe forjaron una fortuna a partir de ella.
En agosto de 1774 Priestley hizo un “aire” que parecía ser completamente nuevo. A este nuevo aire lo llamó “aire desflogisticado” (en relación a la teoría del Flogisto que posteriormente sería anulada por Lavoisier) hizo en la famosa experiencia de enfocar los rayos del sol sobre una muestra de óxido de mercurio.
Aunque Priestley descubrió el “oxigeno”, no renegó del la Teoría del Flogisto que imperaba en esa época pero si que influyó en Lavoisier que continuó experimentando con el nuevo gas, le dio un nombre (oxigeno) y acabó reformulando la Química moderna descartando la Teoría del Flogisto.
Este desencuentro entre Priestley y Lavoisier sorprende a muchos historiadores científicos aunque algunos cómo Schofield lo explica cómo: “Priestley nunca fue un químico, en un moderno, e incluso en un Lavoisierano, sentido, nunca fue un científico. Era un filósofo natural, preocupado por la economía de la naturaleza y obsesionado con la idea de la unidad, en la teología y en la naturaleza”.
Como curiosidad comentar que la American Chemical Society (ACS) ha designado su nombre (medalla Priestley) a la máxima distinción que otorga.