12 de Octubre de 1928, en Boston se usa por primera vez un respirador artificial.

Tal día como hoy (12 de Octubre) de 1928, en Boston se usa por primera vez un respirador artificial.
        
En el año 175 d. C  los primeros intentos prácticos se los debemos a Galeno de Pérgamo quien experimentó con un artefacto llamado fuelle de fuego para insuflar aire dentro de los pulmones de un animal muerto.
      
Entre los años 1493 y 1541 Paracelso realizó numerosos experimentos al reanimar a un paciente colocando un tubo en la boca de éste e insuflándole aire a través de un fuelle.
     
En el año 1543 d.  C. Vesalio describió lo que actualmente se entiende como ventilación mecánica. El profesor de Padua creó el concepto y lo definió de la siguiente manera en su famoso libro De humani corporis fabrica libri septem: «La vida puede ser restaurada al animal, efectuando una apertura en el tronco de la tráquea, colocando un tubo de junco o mimbre, entonces se insuflará en él, de modo que los pulmones puedan levantarse nuevamente y tomar aire»; para ello realizó múltiples experimentos en cerdos. Éste fue el primer intento de ventilación con presión positiva intermitente.
      
Los estudios de Paracelso y Vesalio fueron continuados por Highmore, Hooke y Lower quienes realizaron, el 10 de octubre de 1667, una demostración manteniendo con vida a un perro a través del suministro de un flujo continuo de aire, documentado en su libro Philosophical transactions.
       
En 1744 es documentado el primer caso en el que se aplica la respiración boca a boca, realizado por Tossach, quien explicó la técnica que se le aplicó a un minero para salvarle la vida. En 1775, el médico inglés John Hunter desarrolló un sistema ventilatorio de doble vía que permitía la entrada de aire fresco por una de ellas y la salida del aire exhalado por otra, el cual utilizó sólo en animales.
       
En 1911, Dräger ya había creado un dispositivo de ventilación a presión positiva, que fue conocido como el Pulmotor, éste utilizaba un cilindro de oxígeno o aire comprimido como fuente de energía para su funcionamiento y entregaba una mezcla de estos gases y de aire ambiente al paciente, a través de una mascarilla nasobucal.
      
El famoso pulmón de acero fue inventado por P. Dinker, un ingeniero estadounidense de la New York Consolidated Gas Company, que diseñó un tanque en el cual se introducía al paciente, quedando fuera únicamente su cabeza; éste aplicaba sobre el cuerpo presiones negativas intermitentemente, de manera que posibilitaba la respiración. La mecánica del aparato consistía en crear movimientos respiratorios causados por cambios de presión: se aplicaba presión positiva en la vía aérea (IPPV) y, además, se generaba una presión negativa en el tórax con respecto a la boca. Fue creado para usarse en pacientes que tenían lesionada la pared muscular.
      
El pulmón de acero fue usado por primera vez el 21 de octubre de 1928 en el Boston Children’s Hospital, con una niña inconsciente con problemas respiratorios que se recuperó de forma muy rápida cuando se la colocó en la cámara del respirador, lo que popularizó el invento.
       
Como curiosidad comentar que en 1930 se escribía en una periódico que el pulmón de acero pesaba dos toneladas y era tan grande que en él cabía una persona adulta, a excepción de la cabeza la cual debe quedar afuera.
       
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– Acabo de comprar un respirador
– ¿un respirador?
– para respirar
– hombre, ya me imagino que un respirador es para respirar
– ah
– si furea un conmutador sería para…. para algo, vete a saber que hacen los comutadores…
– bueno
– ¿y que quieres que hagamos?
– probarlo
– ¿con quien?
– contigo
– hombre, ¿no hay otro?
– no
– alguien enfermo que no pueda respirar, por ejemplo
– para eso lo he comprado
– pues pruebalo con un enfermo
– ¿y si no funciona?
– te habras equivocado
– ¿y me apoyareis?
– no
– que simpaticos
– es que me caes mal
– no hay que ser tan honesto

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