El choque de estos iones de plomo ha producido temperatura un millón de veces más calientes que las que se dan en el centro del Sol.
Una vez conseguidas condiciones estables en el funcionamiento del acelerador y en las colisiones, comenzaron los experimentos con iones pesados, dijo el CERN.
Estos experimentos con iones de plomo abren “una nueva vía en la investigación del programa del acelerador para sondear la materia tal como era en los primeros instantes del Universo“, justo después del Big Bang, según el CERN.
“Uno de los principales objetivos de esta nueva fase es producir cantidades ínfimas de esta materia, llamada “plasma quark-gluon”, y estudiar su evolución hacia aquella que constituye el Universo actualmente”, precisa el organismo.
Las primeras colisiones de iones de plomo -átomos de plomo de los que se han eliminado los electrones- han ocurrido sólo cuatro días después de que finalizaran las operaciones con protones en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, en sus siglas en inglés).
“La rapidez en la transición hacia las colisiones de iones de plomo supone un síntoma de madurez del LHC”, según el director general del CERN, Rolf Heuer, para quien “la máquina funciona como un reloj justo después de varios meses con la misma operación”.
El trabajo del LHC con iones de plomo es completamente diferente al de los protones, de acuerdo con el CERN, pese a que en los primeros compases de la aceleración de partículas no existan diferencias.
Pero una vez que las partículas viajan circularmente en el mismo sentido y se aumenta la frecuencia de los giros, los iones de plomo pueden alcanzar una aceleración de 287 teraelectrovoltios (TeV), mucho más que los protones.